1. -- Hno. Carlos Salas, OP

2. -- Fr. Jude Siciliano, OP


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III Domingo de Pascua [B]

? 4/14/24

Hechos 3:13-15,17-19 | 1 Juan 2:1-5a | Lucas 24:35-48

Aunque no ve? las caricaturas de Gaspar? con frecuencia, recuerdo de ni? una escena con mucha claridad. En esta escena todos los fantasmas est? sentados a la mesa en un comedor con un gran banquete enfrente de ellos. Se lo est? devorando todo como si no hubieran comido en varios d?s cuando la c?ara enfoca abajo de la mesa y se revela que toda la comida que est? ?ingiriendo? est? ahora en el suelo. Ha pasado a trav? de su imagen de fantasmas porque no tienen un cuerpo humano que pueda ingerir la comida.

Jes? no es un fantasma. Jes? tiene un cuerpo humano como el nuestro. ? verdaderamente sufri?y verdaderamente muri?en la cruz. No fue una ilusi? ni un holograma el que fue clavado a la cruz. Dios fue clavado en la cruz y Dios muri?verdaderamente. Sin la muerte de Jesucristo no hay redenci? de nuestros pecados.

As?como la muerte de Jesucristo fue verdadera, tambi? es verdadero que ? vive. No vive solamente en nuestras mentes, como si lo mantuvi?amos ?vivo? en nuestra memoria de una manera aleg?ica. No. Cristo verdaderamente vive. Esto es lo que los disc?ulos no pueden captar. ?C?o, si ? muri?una muerte horr?ica, ahora nos est?hablando y se ve en perfecta salud?

La explicaci? m? ?natural? para los disc?ulos es decir que estaban viendo a un fantasma. En nuestra era tecnol?ica tal vez dir?mos que es un holograma de gran calidad. Y esta no es la primera vez que dicen esto de Jes?. En Mateo 14:22-33 los disc?ulos estaban en la barca en medio de olas y viento cuando ven a Jes? caminar sobre el mar. Con todo el miedo que tienen se dicen entre s? es un fantasma.

Para probarles que ? no es un fantasma en estas historias, en una Jes? les pide que le den algo de comer y en la otra Pedro camina sobre el agua. Me imagino a los disc?ulos inc?odamente vi?dolo y vi?dose el uno al otro mientras Jes? se come el pescado asado. No hay desperdicios en el suelo; ? verdaderamente est?comiendo como ellos lo har?n. En el mar, Pedro quiere que le ordene que camine como ? para creer lo que est?viendo. Jes? le dice, ?Ven! Y Pedro baj?de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, dirigi?dose hacia Jes?.

Nuestras creencias no se basan en un Dios imaginario que solamente existe en las mentes de eruditas fil?ofos o te?ogos, sino en las historias que nosotros contamos. Lo que leemos en las Sagradas Escrituras no son teoremas o deducciones de principios de l?ica o matem?ica. (Estos realmente nos ayudan a verificar y entender lo que leemos en la Biblia.) Lo que leemos en ella son historias de los encuentros que el pueblo de Dios ha tenido con su Creador.

El Creador liber?a nuestros ancestros de la esclavitud de Egipto, abri?doles el paso solamente a ellos en el Mar Rojo, luego cerr?dolo para los que los persegu?n. El Creador les dio al Rey David con sabidur? para que dirigiera a su pueblo. Profetas hablaron en el nombre de Dios para el arrepentimiento de los pecados. Y talentosos poetas escribieron sobre la belleza que Dios es.

Aunque es de mucha ayuda estudiar teor?s filos?icas para la existencia de Dios, tambi? es necesario reflexionar en nuestras experiencias personales de Dios y las de aquellos que conocemos. Sin estas reflexiones creer que un Dios todopoderoso verdaderamente existe, pero dudar si yo le importo. Llegamos a la inclinaci? de que nuestra vida es solamente de seguir las reglas.

Pero esto no es as? Dios busca aumentar nuestra fe porque nos ama. ? ve nuestras debilidades y se hace presente ah? Los disc?ulos est? at?itos a la presencia de un aparente fantasma, y Jes? les ofrece demostrarles que verdaderamente es ? de carne y hueso, de cuerpo y sangre. Con cuerdas vocales y un aparato digestivo. Por esto habla y come frente a ellos. Por esto invita a Pedro a caminar en el agua como ? lo hizo.

Jesucristo es el mismo en el principio, hoy, y lo ser?por siempre. El mismo Cristo resucitado que comi?frente a los disc?ulos est?frente a cada uno de nosotros. As?como los disc?ulos lo vieron comer frente a ellos, as?tambi? pudieron ignorar lo que hab?n visto y convencerse que est? so?ndo. As? tambi? hoy hay cosas que suceden que intentamos explicar con el m?odo cient?ico pero que no tienen explicaci? satisfactoria.

Hemos presenciado u o?o hablar sobre milagros de personas que se levantan de una silla de ruedas, que se sanan del c?cer, o que se alivian de una adicci? que los ha afligido por a?s. Tal vez no hemos tenido experiencias tan ?dram?icas? en nuestras vidas, pero tengo la firmeza al decir que todos nosotros podemos reflexionar en esta semana (o simplemente hoy) y darnos cuenta de que el Jesucristo que verdaderamente muri?y verdaderamente resucit?estuvo conmigo en ciertos momentos espec?icos.

Es much?imo m? f?il buscar una explicaci? cient?ica (como sociedad estamos muy cerca de hacer un ?olo y postrarnos ante el m?odo cient?ico) o simplemente pensar que lo que nos sucede es todo al azar. Sin embargo, Dios no juega a los dados?como dijo famos?imamente el cient?ico Albert Einstein. Todo lo que sucede tiene un prop?ito en la mente de Dios. Por esto no es algo tonto buscar la presencia de Dios incluso en los momentos dif?iles y dolorosos, en los rutinarios y (aparentemente) insignificantes. Cristo resucitado est?ah? tambi?.

Jes? ve nuestras dudas y quiere regalarnos la fe. Nos pregunta, ?Tienes algo de comer? Es decir, nos dice, Te quiero demostrar que estoy contigo, que vivo, que si crees en m?vivir? como Yo para siempre. Esto es lo que nos quiere decir Jesucristo resucitado. Seguir la ley de Dios es amar a Dios, es seguirlo.

Sigamos a Jesucristo y aceptemos la fe que nos quiere regalar. ? ansiosamente busca demostrarnos que Dios vive para siempre y que esa vida nos la promete a nosotros. No es una vida de fantasmas ni de hologramas, sino una vida verdadera del cuerpo humano ya glorificado por el triunfo de Jesucristo.

Br. Carlos Salas, OP <csalas@opsouth.org>
 

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"PRIMERAS IMPRESIONES"

TERCER DOMINGO DE PASCUA (B)
14 DE ABRIL DE 2024

Hechos 3: 13-15, 17-19; Salmo 4;
1 Juan 2: 1-5a; Lucas 24: 35-48

Por Judas Siciliano , OP

Queridos predicadores:

El evangelio comienza con los dos disc?ulos, que encontraron a Cristo resucitado en el camino a Ema?, contando su experiencia: c?o reconocieron a Jes? cuando parti?el pan. La escena de hoy tiene lugar en Jerusal?. Para Lucas el evangelio comenz?cuando el ?gel Gabriel se apareci?a Zacar?s en el Templo de Jerusal?. Ahora el evangelio de Lucas termina con la aparici? de Jes? a los disc?ulos en Jerusal? y luego su bendici? a Dios en el templo (24: 52-23).

Para Lucas la resurrecci? cumple las Escrituras. Subraya que la realidad de Jes? resucitado no fue una ilusi?, ni s?o un esp?itu. En el evangelio los disc?ulos est? tratando de darle sentido a lo que sucedi? La muerte de Jes? fue una gran decepci? para aquellos que esperaban que ? liberar? a Israel. Pero entonces, como los dos disc?ulos en los primeros vers?ulos del evangelio de hoy, sus seguidores comenzaron a difundir la noticia de que estaba vivo.

Mientras los dos disc?ulos hablaban, Jes? apareci? en medio de ellos. Los invit?a tocarse y ver que realmente era ?. Es m?, com? con ellos. Los esp?itus puros, o fantasmas, no pueden ser tocados ni comen. Lucas enfatiza que Jes? resucit?en su cuerpo. Para ayudarlos a comprender, Jes? invita a los disc?ulos a recordar las Escrituras (por ejemplo, Salmo 22; Isa?s 53, etc.) y las palabras que les habl?anteriormente y ver que hab? cumplido su promesa.

Ah?tenemos una pista: las Escrituras pueden ayudarnos a comprender el significado de la muerte y resurrecci? de Jes?. Jes? tambi? nos abre las Escrituras: cuando acudimos a ellas con corazones agradecidos y oraciones de agradecimiento; cuando estamos asustados y asustados; cuando nos topamos con obst?ulos que la vida nos pone delante; cuando hemos llegado a un callej? sin salida y tropezamos en nuestra fe; cuando necesitamos que nuestra mente est?abierta a Dios y a los caminos de Dios; cuando necesitamos que nuestra fe sea reforzada para creer que Jes? ha resucitado; cuando necesitamos dar testimonio a los dem? con nuestras palabras y la forma en que vivimos. Cristo ha resucitado de entre los muertos y est?con nosotros ahora. Por esto y m?, Jes? nos abre las Escrituras.

Aqu?hay algo para reflexionar: ?y si no tuvi?amos Pascua? ?Qu?pasar? si no crey?amos en la resurrecci?? No ser?mos cristianos. Si lo fu?amos, ser? m? como pertenecer a un club social con gente de ideas afines. No habr? santos presentes ni pasados a quienes imitar, admirar y rezar. La muerte ser? el fin, una conclusi? tr?ica para nuestras vidas. Cualquier bien que hici?amos se disolver? en su mayor parte cuando mori?amos. Sin la resurrecci? ?qu?clase de sistema moral tendr?mos? ?Qu?pasa con nuestros principios relativos a la dignidad de cada persona y nuestra responsabilidad de cuidar de los m? necesitados y los que no tienen voz en nuestra sociedad?

Pero Cristo resucit?de entre los muertos y todas las cosas no son como parecen al principio, porque Dios est?obrando en nuestro mundo, aunque no siempre entendamos c?o y d?de. Creer en la resurrecci? sostiene nuestra fe y aumenta nuestro amor a Dios. Nuestra esperanza por lo que a? no vemos sostiene nuestra paciencia y fortalece las obras particulares que hacemos para el reino de Dios. La violencia y la oscuridad en nuestro mundo parecen contradecir nuestra fe. Pero tenemos Pascua y creemos que Dios ha vencido el pecado y la muerte y que Cristo est?vivo trabajando de manera poderosa, aunque a veces irreconocible. Nuestra esperanza cede ante la paciencia en los caminos de nuestro Dios amoroso.

Tratamos de ser optimistas ante el sufrimiento y la p?dida. La gente intenta consolarnos diciendo: "No te preocupes, las cosas mejorar?". O, como dijo el poeta Shelley: ?Si llega el invierno, ?puede quedar muy atr? la primavera?? (?Oda al Viento del Oeste?). Pero no es cuesti? de optimismo ni de esforzarse m?. La resurrecci? no es natural, es pura gracia como lo fue la forma en que Dios cre?de la nada.

La resurrecci? nos llama a creer en un Dios que hace posible lo imposible; no por espect?ulo o espect?ulo, sino para salvarnos. No hemos hecho ni podemos hacer nada para salvarnos. La vida eterna es puro regalo.

San Lucas no escribi?esta historia para aquellos primeros disc?ulos. La ?palabra de Dios hecha carne? estaba all? frente a ellos: visible, explicando, animando, guiando y consolando, preguntando: ??Por qu?est?s preocupados?? Esta es la escena final del evangelio de Lucas. escrib? para su comunidad de creyentes en el a? 80 o 90; a?s despu? de este acontecimiento y de la partida de Jes?.

Al igual que nosotros, la comunidad de Lucas no hab? visto a Cristo resucitado en la carne, ni tampoco Lucas. Al igual que nosotros, necesitan la seguridad de que Cristo verdaderamente hab? resucitado de entre los muertos y estaba entre ellos. Como a nosotros, la vida a veces los abrumaba, dej?dolos con interrogantes, confusi? y dudas. Lucas necesitaba mostrar a sus contempor?eos c?o se pod? fortalecer su fe; c?o Jes? no era un fen?eno en tiempo pasado, sino simplemente una gran figura hist?ica, ya desaparecida hace mucho tiempo.

All?en las Escrituras, guiados por el Esp?itu, descubrimos a nuestro Dios Pascual, que transforma a los disc?ulos asustados en testigos audaces, dispuestos a morir por su Se?r. tal como instruy?a aquellos primeros disc?ulos. A trav? de las Escrituras, el Esp?itu, que resucit?a Jes? a una nueva vida e instruy?a los primeros disc?ulos, nos llama a dejar la seguridad de los probados y verdaderos y confiar en la invitaci? de Cristo a proclamar el arrepentimiento y el perd? de los pecados a todas las naciones.

?Hemos considerado recurrir a las Escrituras durante este tiempo pascual para profundizar nuestra fe en el Cristo resucitado? Ninguna ?prueba? hist?ica nos convencer?de que mediante la muerte y resurrecci? de Jes? Dios ha cumplido sus promesas. Lucas nos dice que Jes? ?les abri?la mente para entender las Escrituras?. Oramos para que su Esp?itu haga lo mismo por nosotros para que nosotros, como los primeros disc?ulos, podamos llegar a ser ?testigos de estas cosas?.

Haga clic aqu?para obtener un enlace a las lecturas de este domingo:
https://bible.usccb.org/es/bible/lecturas/041524.cfm